El calvo de la Lotería de Navidad nos dijo adiós en 2006, pero hasta hoy no lo hemos echado de menos. Gracias, en gran parte, a que ha tenido muy buenos sustitutos durante estos últimos 7 años.
¿Qué ha pasado en 2013? Estamos acostumbrados al chantaje emocional, cada año en el anuncio de la lotería juega con nuestros sentimientos. Porque sí, es jodido reconocerlo, pero la mayoría de nuestros sueños se cumplen con dinero, y a nadie le hacen daño cuatro frases de optimismo y varios minutos de fantasía para anestesiar la realidad. Pero esta vez la suma de los elementos ha resultado ser un impacto doloroso al corazón, y es que, elaborar un producto conmovedor sin que resulte ñoño es algo muy difícil.
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